jueves, 13 de mayo de 2010

EL HOMBRE QUE IBA TAN LENTO QUE VIAJABA EN EL TIEMPO. Por Jordi Piulachs.

Los viajes del abuelo.

–¡Lo he vuelto a conseguir! –exclamó entusiasmado Rogelio–. ¡He vuelto a viajar en el tiempo!

Sentado en su desgastado sillón de cuero color marrón, miraba pasar ante sus ojos a quienes creía reconocer como sus nietos.

–¿Javier? ¿Marcos? ¿Sois vosotros? Qué mayores estáis.

Los dos niños se miraron estupefactos. Pero pronto cambiaron la expresión de sus caras y a ambos se les escapó una risita.

–Se le ha vuelto a ir la olla –le dijo Javier a su hermano pequeño. Y mirando al octogenario, añadió elevando la voz–: ¡Pero si llevamos aquí una hora y media, abuelo!

Rogelio se limitó a sonreír sin haber entendido nada de lo que decía su nieto. Hacía años que se había quedado medio sordo a raíz de una explosión de gas que le reventó los tímpanos. Sucedió en su antiguo apartamento, cuando, debido a un problema intestinal, se estuvo tirando ventosidades durante toda la noche. No fue hasta la mañana siguiente cuando, atacado por el síndrome de abstinencia que todo buen fumador siente solo despertarse, se encendió un cigarrillo y… ¡PUM! A tomar por culo.

Ahora, los dos nietos miraban a su abuelo y sonreían enfrente suyo sin disimulo. Pero a Rogelio estas sonrisas no le parecían signos de burla. A él se le antojaban como muestras de alegría por verlo de nuevo tras su viaje en el tiempo.

–¿Queréis que os explique cómo lo hago? ¿Queréis saber cómo viajo en el tiempo?

–No, no hace falta, abuelo –contestó el nieto mayor.

Pero sin hacerle el menor caso, Rogelio lo agarró por la brazo y se lo acerco de un tirón suave pero firme.

–¡Que no quiero! –protestó inútilmente su nieto mayor, mientras el pequeño huía entre risas.

–Ven, no seas tímido, tontín.

–¡Que me sueltes!

–Pues lo que yo hago –continuó diciendo Rogelio–, es moverme muy pero que muy lento, invirtiendo así la teoría de Einstein.

–¿De quién?

–Muy lento.

–No, que quién es Esten.

–Que me muevo muy lento, te digo.

–No, que quién es…

–Sí, casi sin moverme. Bueno, como te decía, he invertido la teoría de Einstein. Él decía que si viajas a la velocidad de la luz, tu cuerpo no envejece, mientras que el resto del mundo sí lo hace, porque sigue su ritmo de vida habitual, ¿entiendes?

–¡Que me la suda!

–Sí, exacto, ese Einstein era un genio. Bueno, pues yo he conseguido hacer lo mismo pero al revés. Ahora, no me pidas que te dé la razón científica, porque no te la sabría dar.

–Diosss, pero que me da igual. ¡Déjame en paz!

–No, no me he duchado, ¿tanto se nota? –preguntó mientras hundía su larga nariz en una de sus axilas.

–¿Qué?

–¿Te gustaría viajar en el tiempo? Estoy desarrollando una nueva teoría de viaje espacio–temporal. Creo que si un cuerpo viaja de forma vertical a una velocidad constante, es capaz de entrar en un agujero de gusano y, por ende, desplazarse a donde quiera.

–¿Un viaje vertical y un agujero de qué?

–¿Tabaco? No, lo siento, no tengo. Dejé de fumar después de la explosión. Pero te ofreceré algo mejor; vas a ser el primero en poner en práctica mi teoría –y diciendo esto, Rogelio se levantó del sofá sin soltar a su nieto–. Te vas a poder ver a ti mismo en el futuro, así sabrás cómo eres dentro de unos años.

–Pero qué dices, abuelo.

–Como ya te he dicho, se necesita viajar de forma vertical, hasta alcanzar una velocidad constante –dijo mientras se acercaba a la ventana del salón.

A su nieto se le puso la cara blanca y empezó a agitarse desesperado para intentar soltarse de la mano que lo retenía.

–Tranquilo, pichón, que si la otra teoría ha funcionado, ésta seguro que no falla. Yo no puedo acompañarte porque hoy ya he viajado y hasta mañana no podré volver a moverme en el espacio–tiempo. Cosas de la relatividad, el jet lag y la fabada que me he comido antes de venir.

–¡Déjame, abuelo! ¡Déjame! ¡Estás loco!

–Bueno, cuando te hayas cansado de visitar el futuro, búscame y te haré regresar a tu época, ¿de acuerdo?

Y sin más dilación, Rogelio apretó con más fuerza el brazo de su nieto y, arrastrándolo al vacío, lo defenestró.


Safe Creative #1005136281919

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Copyright 2009 TEMAS